Desarrollo emocional en la adolescencia

El desarrollo emocional o afectivo en la adolescencia, uno de los aspectos más difíciles en el desarrollo humano, es una etapa de vida caracterizada por una lucha constante por encontrar la identidad y, en consecuencia, un lugar en la sociedad. Con la imperiosa necesidad de reconstruir una imagen corporal que en varias ocasiones provoca inestabilidad emocional, sobre todo una sensibilidad extrema, el adolescente hace juicios de sí mismo de acuerdo a cómo es percibido por los demás, y al mismo tiempo tiene una enorme necesidad de reconocimiento y aceptación de su identidad por parte de las personas que son significativas para él. Este reconocimiento y aceptación le sirve para crear un concepto positivo de sí mismo; hacer comparaciones que pueden ser conscientes o inconscientes con inevitable connotación afectiva que le pueden llevar a una conciencia de identidad dolorosa, casi nunca neutral.

Los cambios fisiológicos que se dan en esta etapa suscitan conductas, por parte del adolescente, difíciles de comprender por los adultos. Existe una preocupación por el físico, el cual pasa a primer plano. El joven ahora busca en su grupo de amigos mantener una comunicación, apoyo y, sobre todo, comprensión, que siente no tener en su familia debido a las relaciones ambivalentes que se dan;  en momentos se oponen a los valores y normatividad de ella; otras veces la imita, pues necesita modelos a seguir para reafirmar su personalidad. Adquiere una mejor comprensión de la independencia, con una mayor capacidad crítica frente a los padres; es el momento de mayor tensión y desacuerdos entre ellos; se deteriora la comunicación y se multiplican los llamados de atención por parte de los padres ante las conductas del adolescente.

El joven presenta una gran intensidad en emociones y sentimientos que no logra manejar; sus expresiones y manifestaciones externas son poco controladas y sus estados de humor, continuamente cambiantes, con toda facilidad pasa de la agresividad a la timidez, al extremo; pero sobre todo la sensibilidad se manifiesta con creciente intensidad y amplitud, cosas que en el pasado le eran indiferentes, hoy pueden detonar su afectividad; al menor reproche se le verá como rebelde y colérico; sin embargo, un cumplido que recibe le pondrá radiante y con gran entusiasmo.